La atención primaria de nuestra sanidad está viviendo un momento de saturación sin precedentes. Sus profesionales se encuentran desbordados, a lo que se suma la pérdida de compañeros debido a la pandemia. Los pacientes se encuentran descontentos, ya que la calidad del servicio que se está prestando está muy por debajo de lo recomendable, lo que hace que los pacientes también lo paguen con sus facultativos, llegando incluso a agresiones.
Profesionales de nivel nacional e internacional están hablando de las consecuencias que esta pandemia tendrá en la salud mental de los profesionales sanitarios que están luchando frente a una pandemia y con recursos muy por debajo de los necesarios. Están saturados y sin medios.
El 27 de octubre ha comenzado una huelga indefinida por todos los médicos de España, para pedir al Gobierno una sanidad de calidad. La saturación está siendo uno de los principales factores de estrés y agotamiento mental de los sanitarios, un tercio de los profesionales sanitarios se ha planteado abandonar su profesión debido a la falta de inversión y de mejoras en su trabajo.
Los sindicatos también han organizado protestas durante varios días en los centros sanitarios. Denuncian que la demanda sanitaria ha aumentado en un 500% con las plantillas mermadas, lo que ha llevado a la saturación y agotamiento de nuestros profesionales. La crisis sanitaria del coronavirus ha constatado la situación de déficit estructural de enfermeros y médicos que Atención Primaria viene sufriendo durante años.
La Atención Primaria está sufriendo una presión asistencial sin precedentes, la situación en la que se encuentra es preocupante, las esperas para ser atendidos son mayores, las colas en las calles, lo que hace que aumente la incapacidad por parte del personal sanitario de responder a todas las llamadas telefónicas. Está muy saturada, y esta pandemia lo que ha hecho es hacer visible las fisuras que tiene nuestro sistema.
La falta de inversión y de voluntad política es lo que ha llevado a la deriva a la Atención Primaria, y su deriva se incrementó cuanto la sanidad fue transferida a las comunidades autónomas, ya que entonces se invirtió en espacios hospitalarios pero no en Atención Primaria. Se pide que se haga una evaluación y una valoración para ver dónde se encuentran las carencias, los recursos que faltan y se resuelvan de verdad.
