Hemos oído hablar de las consecuencias que supondrá la pandemia para la economía y para las personas que se han quedado confinadas en casa. Sin embargo, poco se han nombrado las secuelas que padecerán los profesionales sanitarios causadas por la presión de la emergencia sanitaria.
Los farmacéuticos serán uno de los grupos que sufrirán más los efectos de esta crisis, pues además de ejercer su ocupación como profesionales de la salud, atendiendo tanto afectados por el virus como a pacientes con cualquier patología, continuarán atendiendo sus problemas cotidianos como cuidar de las personas a su cargo.
Es aconsejable recurrir a estrategias psicológicas indicadas en situaciones de crisis y emergencias para paliar en la medida de lo posible la sobrecarga la situación. Algunas de ellas pueden ser:
Realizar sesiones de defusing
En ellas se trata de liberar el estrés o cualquier emoción negativa con el fin de evitar que estas evolucionen hacia la fatiga o trastornos de mayor gravedad, como el síndrome de burnout o el estrés postraumático, y, afecten tanto la vida laboral y personal del farmacéutico.
Debriefing al finalizar la crisis
En este tipo de sesiones se trataría de recoger y ahondar en profundidad en el estado emocional del equipo.
Para la consecución de estas prácticas se debe de contar psicólogos profesionales en situaciones de este calibre.
Sin embargo, si no dispones de la posibilidad de adoptar este tipo de medidas puedes seguir desde ya estas recomendaciones:
- Aceptar tu propios límites, físicos y mentales. Escucha a tu cuerpo cuando este te pida un descanso.
- Cuídate teniendo tu espacio personal alejado de cualquier preocupación.
- Practica ejercicio, con el que despejar tu mente y activar el resto de tu cuerpo.
- Saber que estás agotado o verte superado por la situación no te convierte en un mal profesional ni en peor persona.
- Si lo crees necesario recurre a ayuda psicológica para evitar que malestar se agrave. No por ello eres una persona más débil.